Me gusta adivinar el clima de mañana,
intentando interpretar
las nubes y el sol del atardecer,
y buscando la orientación
del viento.
Me gusta ver la llegada temprana de la primavera,
en los brotes de los arboles
en las flores del aromo.
Y en la tarde y en las primeras horas del amanecer,
la lenta fuga del aire frío.
Kosten aike ,
y el ruido de su paso
por los coirones,
y más abajo en el fondo del cañadón,
por las hojas de los álamos
y por las ramas cansadas del sauce llorón.
Me gusta caminar de noche
por la casa silenciosa,
solo iluminada por la luz de la luna,
que al bajar por las ramas del fresno,
se filtra por las livianas cortinas de la sala.
Caminando sobre la gramilla y la tierra húmeda,
luego de la lluvia,
con el olor amargo de los eucaliptos invadiendo mi nariz,
me demoro tratando de estirar el tiempo.
Pedro Dobrée
Cipolletti, Mayo de 2013